El lego tiene la magia de hacer visible lo que hay, sea inesperado o no. El lego tiene la magia de sacar lo que hay, sea conocido o no.
¿Te has dado cuenta de que hay cosas que sabes que sabes y cosas que sabes pero que no sabes que sabes? No es un trabalenguas, no. Es curioso darse cuenta de la cantidad de cosas que sabemos sin ser conscientes de ello.
Y una de las cosas que nos encanta de la metodología Lego Serious Play es eso, que te puede dar información que tienes dentro sin ser ni siquiera consciente de ello. Bien porque tu parte mental controla en exceso otro tipo de inteligencias más creativas o intuitivas, incluso emocionales, bien porque simplemente no le habías dado espacio para expresarse o había algo que te impedía sacarlo a través del pensamiento.
Esto es lo interesante de la inteligencia de las manos y el cuerpo, que no mienten. Podemos ser grandes artistas del autoengaño a través del ego, el pensamiento desde una mente que controla todo, y que inventa historias muy creíbles que nos podemos contar para autoconvencernos. De hecho, cuántas veces nos las llegamos a creer de verdad…
A veces es cierto que lo que toca ver no es agradable o que el ver ciertas cosas de mí mismo/a o de una situación puede revolverme y hacerme sentir incómodo/a. Por eso, puede que no siempre sea tan fácil abrirse a ello. Y a la vez, lo que está por ahí dentro terminará saliendo de una manera u otra.
Alguien me dijo hace unos años, que el potencial no expresado genera carga. Y que aquello que reprimimos, suprimimos o negamos puede terminar saliendo en forma de enfermedad, accidente o limitación.
Recientemente en una de las formaciones hemos podido maravillarnos con este fenómeno: parte de las personas que participaron, estuvieron trabajando en grupo desde la calma, la reflexión pausada y el compartir que les llevó al entusiasmo de darse cuenta de toda las ideas nuevas que estaban siendo capaces de generar con unas pocas piezas.
Mientras tanto, otro grupo pasaba por un momento un poco incómodo ante una situación de conflicto que ya existía en su entorno, y que se hizo visible a través de lo representado con Lego. Pese a la incomodidad inicial, las personas terminaron muy agradecidas y con más claridad de cara a solucionar la situación y pasar a la acción.
Nos permite ver y recibir respuestas diversas para personas diversas. La singularidad de cada persona enriquece el grupo generando dinámicas de inteligencia colectiva.
“¡Estoy emocionado! Sorprendido de todas las ideas que nos han permitido aportar un pequeño puñado de fichas de colores…” nos decía uno de los participantes.